jueves, 8 de mayo de 2014

La escalada de ira

¿Por qué cuando empezamos a discutir estamos hablando a un volumen y a los pocos minutos ya empiezan los gritos? A veces es porque no quiere acabarse el plato, porque quiere jugar a la videoconsola y le decimos que no o porque quiere salir hasta más tarde. No importa la causa ni importa con quien, muchas discusiones de pareja también acaban a gritos, el problema es que se crea una tensión que no se resuelve hasta que cada uno se va a una punta de la casa.

Pasemos a analizar la situación. En primer lugar el problema suele ocurrir porque una parte quiere algo y necesita del otro para poder hacerlo. Con niños normalmente suele ser por el juego o la comida, en adolescentes y adultos la situación se complica ya que no solo queremos hacer cosas sino que queremos que nos comprendan. Al decirnos que no, nos frustra, no nos dejan hacer aquello con lo que disfrutamos y nos impiden sentirnos bien. Este malestar, nos ofende y atacamos a la causa del malestar. Entonces eso que se ha pedido de buenas maneras, cuando nos dicen que no, empiezan los aspamientos de brazos y a subir un poquito el tono.
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Los padres más pacientes o en esos días en que estamos más tranquilos, se lleva mejor. Sabes cómo se va a poner pero se lleva. Lo malo es cuando sucede un día en el que no hay tiempo o no es adecuado montar una escena. Entonces como padres nos ponemos más nerviosos porque pensamos "ahora verás como le da el ataquito" y se cumple. Eso como nos provoca malestar hace que nosotros subamos el tono por encima del suyo para hacerle entender que pare. Pero esa subida le irrita más y vuelve a subir el volumen de sus súplicas. Es muy sencillo: chilla, me molesta, chillo, le molesta, vuelve a chillar. Y en esa espiral nos vemos arrastrados hasta que, efectivamente, cada uno acaba en una punta.

Lo más importante de todo el proceso es conocerse y saber en qué punto se está. ¿Soluciones? A veces será conveniente aguantar un poco para que la situación no se dispare y con 4 negativas seguidas en el mismo tono tranquilo suelen darse cuenta de que no hay marcha atrás. Si la situación es social, estamos en un supermercado o con más gente, mejor aplazarlo, el típico: "ahora luego en el coche hablaremos". Y si la situación ha estallado y cada uno está en una punta, mejor dar un tiempo para retomarlo con buenas formas.

* Imagen extraída de cuidartepsicologos.com

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