Muchas familias nos hacen la misma pregunta: "¿cómo sé cuándo algo que le pasa a mi hijo necesita la ayuda de un psicólogo?" "Es que le pasa esto, ¿no se da cuenta que necesita ayuda?".
No se suele tener muy claro cuándo buscar ayuda. Y en realidad, igual que cuando te duele la cabeza, empieza un catarro fuerte o te das un golpe, la respuesta es bastante sencilla: cuando sea algo que se escapa a tu control o está causando más perjuicios que beneficios. Aún hay mucha gente que es reacia a acudir a los psicólogos o a cualquier profesional para buscar ayuda. Y es porque no ven que igual que el médico cura, el psicólogo también cura. Uno se encarga de lo físico y el otro de esas otras dificultades que aunque no te duele nada, no te dejan llevar una vida tranquila.
Por otro lado aún en nuestros días no se suele ver la ayuda de psicólogos, trabajadoras sociales... como algo normal. "Yo no estoy loco", "a mi no me va a lavar la cabeza" o "a mi no me van a quitar a mi hijo" "yo no necesito que venga nadie a mi casa", en el caso de unos y otras. La realidad, al menos la que plantemos desde el equipo, es que no se va aconsejar nada que no suponga un beneficio para la persona. Para ello no juzgamos, no buscamos quién está loco o quién tiene la culpa. Comprendemos que la situación que están viviendo es desagradable y buscamos con nuestros conocimientos la solución más satisfactoria.
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Y ¿cuánto durará? ¿Debo ir siempre? La duración de la intervención la pone la persona que acude. En general cuando uno se encuentra bien, y es capaz de hacer frente a la situación o la angustia ha desaparecido, puede abandonar la intervención. Aunque no se debe caer en el error de dejar la intervención a la mínima mejoría. Es un error bastante común el abandonar antes de tiempo y las consecuencias son bastante graves. En este sentido es como cuando uno se quita la escayola antes de tiempo porque ya no le duele, se quita el engorro de llevarla pero sin una correcta rehabilitación va a volverse a dañar. Por ello no está de más contar con la opinión del profesional, ya que en contadas excepciones un problema va a requerir una intervención de por vida.
Para nuestro equipo lo importante es darle una solución al problema. En ese sentido damos la ayuda cuando se necesita, damos estrategias para que cada uno pueda enfrentarse a la situación y cuando la persona está preparada le dejamos que coja las riendas, abandonando la intervención. Como todo, depende de los profesionales que una experiencia enriquecedora se transforme en una molestia o un agobio. Es importante elegir un buen profesional. Toma la riendas.
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* imagen extraída de pedagogiadelaalegria.blogspot.es
** imagen extraída de today.ucla.edu
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