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¿Qué importancia tienen los medios de comunicación? ¿Da lo mismo leer una novela romántica que una apocalíptica? Si ya sabemos que la televisión manipula la información que nos da, que todo lo que pone en Internet no es verdad y que las novelas son historias inventadas; ¿aún hay peligro en escucharlos o leerlos?
Siempre es mejor empezar desde el principio, como en los cuentos, para entenderlo bien. Cuando pensamos, en general, lo hacemos utilizando palabras, como si estuviéramos hablando pero sin que se nos oiga. Hay veces en las que recordamos una sensación o imaginamos un viaje y pensamos más en imágenes. Qué bien se está notando la brisa en la orilla del mar, el olor de tu comida favorita o el sabor delicioso que tiene.
Por otro lado tenemos al mundo que nos rodea, con muchas palabras por minuto (parece que quien más dice más razón tiene) y muchas imágenes que nos bombardean al mismo tiempo. No hay más que pasear por la calle para notarlo. Una persona contándole a otra su problema, le pide consejo y cuando le van a responder sigue contando lo angustiada que está y lo injusto que es lo que le está pasando. El último vestido que se ha comprado la reina Letizia u otra famosa, la novia del jugador de fútbol en la portada de una revista, la nueva foto de perfil del grupo wasap o el vídeo de la declaración de amor de un marido a su mujer en el altar; son ejemplos de lo que nos llega en cuestión de 3 minutos en nuestras vidas.
No es casualidad que en las guerras lo primero que se intenta controlar sea la información, la propaganda y los rumores que se extienden. Toda la información que se le da a una persona es absorbida por ella y dependiendo de sus defensas (mentales me refiero), acabará por comportarse más o menos de acuerdo a lo que le han dicho. Y aquí es donde decimos: "pero eso sólo le pasa a los tontos. Yo no soy tan tonto como para creerme todo lo que me dicen". Vamos a verlo.
¿Qué es hacer deporte? Hoy en día es muy difícil ver a alguien que practique deporte vestido con un chándal, como se hacía hace unos 20 años. Basta con salir a la calle para ver cómo de repente es casi obligatorio llevar "ropa adecuada" según el deporte que haces. Antes, con un chándal escalabas, corrías y saltabas; hoy tienes que llevar ropa específica de escalador, de runner o de atleta. Por que claro: -No es lo mismo. -¿A no? -No, porque es ropa más cómoda y más preparada para hacer ese deporte. -¿Es que ahora somos todos deportistas de élite que necesitamos ganar segundos para mejorar la marca?
¿Y de donde surge esa idea? ¿Quién nos ha metido en el coco que tengamos que ir así? Cada uno pone su granito, por supuesto las tiendas de ropa deportiva ponen el suyo con un montón de imágenes de deportistas vistiendo sus ropas. La familia de la foto que está junto a las cajas, están paseando muy felices por la montaña todos vestidos con esa marca (¿esa ropa les hace más felices porque están más preparados, no?). Esa película en la que el padre de familia atento dice: vamos hoy a la montaña. Y en la siguiente escena están pasando, todos muy bien equipados, junto a un riachuelo, entre risas de alegría. A partir de ahí cuando uno lee: "y la familia pasó un día de campo estupendo" en un libro, tiene esas imágenes en mente.
Y así como se siembra una idea en una cabeza. La idea de que no seremos felices si no tenemos tal o cual objeto. La idea de que el amor de verdad es el del libro o el del marido que le canta a su novia en el altar. Y a mi que no me han cantado ni me hacen lo que le hacen a la protagonista del libro, pues no me quieren tanto. La idea de que soy un superdeportista de élite porque voy muy bien equipado. A bueno entonces el que tiene talento y además practica todos los días debe ser un mediocre ya que, después de todo, va vestido con un chándal.
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