martes, 9 de febrero de 2016

¿Tablets o libros? Qué elegir

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Con la llegada de las nuevas tecnologías no han sido pocos los colegios que han decidido incorporar los materiales de manera electrónica. Algunas editoriales dan unos códigos para que cada alumno pueda acceder a un aula virtual donde tiene online todos, o algunos, de sus libros. Otros coles, más vanguardistas, ya están trabajando con tablets donde tienen los alumnos todos los libros que necesitan. Lo que es seguro es que alivian el peso de las espaldas, lo que no está tan claro es si los libros electrónicos mejoran el aprendizaje.

Las dinámicas de clase son fáciles de entender. Para que se pueda aprender hacen falta 3 elementos: profesor, materiales y estudiantes. Según los tiempos, se han cargado más las tintas en unos u otros y lo mismo pasa ahora. ¿Los malos resultados se producen porque los profesores no son buenos, los materiales inadecuados o los estudiantes están poco preparados? 

Hay mucha gente en el entorno educativo que piensa que si los materiales fueran más llamativos los alumnos aprenderían más. No es lo mismo hacer cuadernillos de caligrafía que escribir con tu dedo en una pizarra digital o en la tablet, con música y luces de colores. Defienden que es más motivador y que si los alumnos no aprenden es porque los materiales no les llaman la atención. Ya se sabe, lo que no nos interesa no lo aprendemos. De ahí que hayan visto ilusionados la llegada de pizarras digitales a las clases y el planteamiento de algunos centros de incorporar tabletas en sustitución de los libros. 

La idea no parece desacertada, lo único que le falta es fundamento. No basta con que una idea parezca buena sino que ha de demostrar resultados. ¿Entonces probamos que nuestros hijos estudien con una tablet y según cómo les vaya el curso las cambiamos o no? Es una opción. La otra opción es conocer cómo aprendemos las personas. Si sabemos qué procesos llevamos a cabo las personas cuando estamos estudiando una materia, sabremos si las tabletas nos ayudan a llevarlos a cabo o no.

Por no entrar en profundidad, lo resumiré en que el aprendizaje es una tarea motora. Para aprender es necesario entenderlo y elaborar algo con ese aprendizaje: tomar un apunte, escribirlo, dibujarlo... No es lo mismo escribir mamá, que pulsar cuatro letras en un teclado. En lugar de controlar nuestro cuerpo, nuestra mano, para que escriba correctamente la palabra mamá, sólo tenemos que reconocer dos letras la m y la a; y pulsarla dos veces. Es por esto que los aprendizajes que ponen el acento en las nuevas tecnologías acaban generando peores resultados que los que siguen el método de papel y lápiz. 

En definitiva, queremos que nuestros hijos estén lo mejor preparados para el futuro que les viene. ¿O lo que saben hacer en los videojuegos lo saben hacer en su día a día?  

* Imagen extraída de techbeat.com

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