jueves, 25 de septiembre de 2014

Mi hijo tarda en hablar… ¿qué le pasa?


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En primer lugar no cabe alarmarse si su hijo todavía no ha cumplido los 3 años, aun así consideramos que cada niño tiene su ritmo de aprendizaje y el criterio cronológico no es altamente fiable. A los 3 años de edad los niños ya tienen configurado su lenguaje acorde con la gramática de los adultos, mientras otros a esta edad se comunican con monosílabos, palabras aisladas y con gesticulaciones (a pesar de que comprende todo lo que se le dice). Que el niño comprenda todo lo que se le dice significa que no tiene una deficiencia auditiva y, por tanto, estos niños con más dificultades para hablar son tipificados con “retraso simple del lenguaje”.
Más allá de los tres años de edad, un niño con “Retraso Simple del Lenguaje” desarrollará un lenguaje normal, sin secuelas o sólo con alguna dislalia (alteración en la pronunciación de un fonema) que no constituirán un problema en su habla.
¿Y si mi hijo ya ha cumplido más de tres años?
Las dificultades del lenguaje en niños más mayores, con un desarrollo normal en el resto de áreas y funciones psicológicas, así como una educación normal; pueden identificarse bajo el denominado “Trastorno Específico del Lenguaje” (TEL). Esta limitación específica en el lenguaje puede alterar dichas funciones y hábitos educativos en el futuro.
Cualquier niño TEL previamente ha cursado un Retraso Simple del Lenguaje. El TEL tiene distintas formas de presentarse en los niños pudiendo afectar a: la articulación de sonidos del habla, la fluidez de sus expresiones, la falta de léxico, a la incorrección gramatical y sintáctica e incluso al uso adecuado del lenguaje.
En casos de Retraso Simple del Lenguaje, como de posibles TEL, lo más importante es ponerlo en manos de profesionales y a la mayor brevedad posible; quienes realizarán las concernientes evaluaciones y establecerán un diagnóstico acompañado de las propuestas de intervención para comenzar a mejorar estas dificultades del habla. Una detección precoz e intervención temprana propician el correcto desarrollo del lenguaje y minimizan sus efectos educativos y comunicativos.
 
Amparo Quiles 
Logopeda y pedagoga

* Imagen extraída de oirpensarhablar.hol.es

jueves, 18 de septiembre de 2014

Así mejoro el ambiente de estudio


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Ya se acercan los días en los que hay que estar en el cole mañana y tarde. Y aunque los deberes que mandan ahora no son muchos ya nos empezamos a preparar para hacer frente a las batallas diarias por acabarlos, por hacerle entender eso que "es muy fácil", por no perder los nervios... Todo esto sin entrar en si es buen estudiante o no, si es capaz o tiene dificultades añadidas.

Independientemente de que sea un alumno con más capacidad o menos, igual que cuando trabajamos, el ambiente que se respira mientras hace las tareas puede añadirle más estrés/agobio y asociar por tanto el hacer deberes con algo muy desagradable y tortuoso; o puede ser un ambiente que invita a saber más, a darle un uso a lo que está aprendiendo dándole importancia al trabajo que ha realizado. La diferencia es abismal para todos, no es lo mismo estar en un ambiente donde se te escucha, te dan valor y te dejan elegir que en otro donde todo esto viene impuesto.

Lo que proponemos para poder sacarle el máximo partido a "hacer los deberes" es: 
- Crear un ambiente personal, una cercanía, un vínculo con él para que le dé la sensación de que no lo imponemos sino que somos los dos los que estamos enfrentándonos a la tarea. La tarea hay que hacerla no porque lo "digo yo" sino porque así nos lo han mandado.
- Fomentar autonomía: aunque el ambiente sea cercano y personal no somos nosotros los que dirigimos su tarea son ellos los que deben ir organizándose. Claro que esto también hay que enseñarlo, al principio igual sólo deciden el orden en el que hacerlos y poco a poco se les va dando más oportunidades para que lo hagan a su manera pero quede todo resuelto.
- Dar elección: ayuda mucho a empezar a hacer los deberes que uno mismo pueda decidir la materia por la que lo va a hacer. No es lo mismo empezar por lo más costoso que por tareas más sencillas o de dificultad media. Dependerá de las características de cada alumno el orden a seguir y el apoyo que necesite.

Claro que normalmente no tenemos el tiempo ni las energías para poder ofrecerles este ambiente de trabajo y hacer los deberes se convierte en una auténtica pesadilla. Gritos, golpes, llantos, páginas arrugadas de borrar una y otra vez... Si este es el caso lo mejor sería buscar el ambiente adecuado para que vean que estudiar se puede hacer sin tensiones, aunque cueste esfuerzo. Quizá parte del abandono escolar temprano se deba a que nuestros estudiantes no encuentran placer en aprender, descubrir y conocer cosas nuevas.

* Imagen extraída de inscricaoenem.com.br

jueves, 11 de septiembre de 2014

¿Has alcanzado el equilibrio?

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Ya han quedado atrás las vacaciones, nos incorporamos a la vida rutinaria y todo parece igual que antes. Parece que estábamos mucho mejor de vacaciones pero, ¿no es verdad que ya teníamos ganas de empezar con la rutina? Durante las vacaciones parecía que la vuelta a la normalidad iba a ser más apasionante: ver a los compañeros, ser capaz de hacer mejor las cosas en el trabajo, poder encontrar un trabajo... Cuando estoy de vacaciones o sin trabajo, quiero trabajar y cuando trabajo quiero estar de vacaciones. ¿Cómo puedo ser feliz sin volverme loco?

Habitualmente pensamos que el mejor estado es el de no hacer nada. Pero las personas somos seres activos, al que no le gusta elaborar algo con esmero le gusta compartir una buena conversación o probarse ante un nuevo desafío. Funcionamos como una balanza. Nos encanta poner energías en una dirección, ver que somos capaces de hacer cosas aunque con ello nos vamos alejando cada vez más del punto de equilibrio; de manera que si seguimos haciendo lo mismo al cabo de un tiempo se nos empieza a hacer tedioso y pesado y empezamos a necesitar el opuesto. Un poco de trabajo está bien, pero cuando ya llevo unos meses empiezo a añorar lo bien que estaba cuando estaba en casa porque no tenía un jefe tan especial que aguantar o no estaba tan agobiado con tantas tareas.

¿Entonces estamos condenados a ser infelices, a desear lo que no tenemos? La respuesta depende de cada uno, de cómo enfoquemos la vida cada uno. Podemos centrarnos en lo que no tenemos y estaremos toda la vida deseando aquello que nos falta. También podemos centrarnos en una cosa y no querer ver más allá, reducir nuestro mundo a pocas personas y a una rutina que nos dé seguridad. Pero si lo que queremos es disfrutar de la vida con todas sus posibilidades, entonces debemos mirar cada cosa con detalle. Los retos que nos ofrece un trabajo no nos lo ofrecen las vacaciones y no suele haber mucho tiempo libre para dedicarlo a aquello que quiero y me interesa mientras trabajo. 

Si somos capaces de valorar las posibilidades que nos da cada situación haremos nuestra vida mucho más llena. A veces oigo: "No sabía que la vida fuera esto, parecía más divertida cuando era pequeño". Precisamente por eso, por si la vida no fuera más que todos estos momentos, apreciémoslos porque en cualquier momento pueden no repetirse.

* Imagen extraída de tuttogreen.it

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Nueva web del centro



Hoy ha empezado el nuevo curso escolar, esperamos que hayáis pasado un buen verano y cargado las pilas para la nueva andadura. 

Aprovechamos para anunciar que podéis encontrarnos en www.cadicp.com donde aparecen los servicios que ofrecemos y las dificultades en las que trabajamos, además tenéis acceso a los datos de contacto con el centro.

Os recordamos que en la entrada anterior publicamos toda la información referente a las ayudas para el estudio, especialmente para alumnos con discapacidad o con problemas de comportamiento. Aunque en el propio centro os podrán indicar si podéis acceder a ellas y los trámites necesarios, no dudéis en consultarnos si os ha quedado alguna duda. 

¡Mucho ánimo!