jueves, 17 de julio de 2014

¿Puedes contar con alguna ayuda?

Como os venimos comentando a lo largo del curso, existen unas ayudas para proporcionar a los alumnos atención educativa.  Se entiende que los estudiantes con discapacidad, los que tienen altas capacidades y los que tienen déficit de atención con hiperactividad (TDAH) necesitan de una ayuda extra, fuera de las clases ordinarias, para poder seguir el ritmo escolar. Pues bien, el plazo para solicitarlas acaba de abrirse y estará disponible hasta el 30 de septiembre. 

Normalmente son los propios centros los que se encargan de gestionarlas por lo que a partir del día 3 de septiembre, se puede contactar con ellos y ver si cabe la posibilidad de solicitarlas. A continuación os señalamos las que pueden ser de más interés:

    Ayuda específica para enseñanza: para alumnos con discapacidad, dotada con 862 € para todo el año. Lo que supondría una intervención sobre dificultades de aprendizaje y técnicas de estudio en nuestro centro a lo largo de todo el curso académico.

  Ayuda para reeducación pedagógica: para alumnos con dificultades de comportamiento (en este caso TDAH), dotada con 913 €. Lo que permitiría un tratamiento individualizado durante el período escolar dirigido al autocontrol, control de impulsos y pautas educativas.

   Reeducación logopédica: para alumnos con dificultades asociadas al lenguaje, también dotada con 913€, lo que permitiría la atención de nuestra logopeda en lenguaje y audición, fonación y lectoescritura durante el período escolar.


Ante cualquier duda en cuanto a requisitos a cumplir para que os concedan la ayuda, condiciones de los servicios de nuestro centro, formulario a cumplimentar... contactad con nosotros.  

A continuación os dejamos el enlace con toda la información: 
 

jueves, 10 de julio de 2014

Cómo hacer para que el verano no sea un infierno



Ya estamos en época de vacaciones, los que no están disfrutando de ellas lo estarán en breve. Los últimos días de trabajo se hacen especialmente largos y empezamos a tener ganas de cambiar de rutina. Pero ojo, las tan deseadas vacaciones pueden convertirse en un infierno. La otra cara del verano también está presente.

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No somos conscientes de la influencia que tiene la televisión sobre nosotros hasta que no pensamos sobre ello. Al hablar de verano nos viene a la cabeza esa playa paradisíaca, con bebida refrescante, sin prisas, con el calor justo (ese que no te hace sudar pero te permite estar moreno)... Todos tenemos una idea bastante parecida de las vacaciones, un período de descanso en el que hacer otras cosas y disfrutar. ¿Es real todo eso?

Si queremos disfrutar de nuestro descanso es importante contar con algunas cosas que nos pueden pasar. ¿Qué pasa si no tengo ningún plan? Muchas preocupaciones vienen por el hecho de que esperamos que sea un verano ideal, en el que las cosas surgen solas, sin planificar. También es necesario dedicarle unos minutos a estructurar mínimamente qué hacer en verano, a grandes rasgos (pasaré 4 días en la playa, también quiero pasar tiempo con mi familia y amigos y no me quiero perder la lluvia de estrellas de agosto, por ejemplo). No es necesario tener detallado todo pero sí hacerse una idea de qué cosas hacer para que ese tiempo sea más satisfactorio.

"Es estar de vacaciones y empezar a discutir". Aunque no aparece este aspecto en nuestra imagen de vacaciones ideales, suele pasar que al estar más tiempo en contacto con la pareja, hijos, familia o amigos surjan más discusiones. En el ritmo de vida habitual no se pasa tanto tiempo juntos y las habilidades para relacionarnos se resienten al llevar un ritmo de vida más individual. De repente nos vemos con menos paciencia o saturados por estar tanto tiempo juntos. Bueno, el calor tampoco ayuda, pero es interesante saber que esos malentendidos son normales y que se abre una oportunidad de conocernos mejor.

Y por último, es tiempo de hacer cosas diferentes. De poner los 5 sentidos en cada cosa que se hace y cambiar nuestra forma de comportarnos. En la medida en que rompemos nuestros esquemas de comportamiento diario somos capaces de sacarle más partido a este período. El gran enemigo son los móviles, tablets y demás, estamos tan acostumbrados a compartirlo todo que se nos escapan los días conectados. En el fondo, acabamos echando de menos volver a la rutina para seguir conectados con compañeros y responsables. Cuando en realidad el verano es una oportunidad para ser otra persona, para hacernos diferentes.

* Imagen extraída de wallsave.com

jueves, 3 de julio de 2014

Vestimos como pensamos


La prensa se ha hecho eco de un interesante estudio sobre los efectos que tiene la ropa sobre nosotros. Parece ser que no da lo mismo cómo vayamos vestidos, el significado que tiene la ropa que elegimos nos afecta directamente. Hay diferencias más importantes de lo que creemos entre vestir en tonos naturales y llevar una camiseta de dibujos divertidos.

Lo que se hizo fue pedir a unos jóvenes que dijeran cuánto peso creían que podían levantar. Unos iban vestidos como siempre y a los otros se les pidió que vistieran una camiseta con el símbolo de superman. Pues bien los que vestían como superman creían que podían levantar más peso de lo que realmente podían. De alguna manera al vestir como el superhéroe, reconocido por su fuerza, creían que realmente eran más fuertes. Le transmitían ese superpoder. Es un efecto claro de cómo los pensamientos cambian nuestra forma de actuar. Es el mismo efecto que produce el ponernos una bata blanca, las personas se sienten más predispuestas a escuchar y se creen que saben más al vestirla. Porque todos asociamos esa prenda a esos valores: conocimiento, seguridad en uno mismo, capacidad para saber el problema y ofrecer una solución. Y cuando la vestimos actuamos en relación a ellos.

Lo mismo que nos pasaba con google hace unas semanas, es lo que ocurre ahora. No es que realmente seamos más fuertes o más inteligentes, sino que tenemos la sensación de ser así. Es una forma de tener una ayuda extra. Si en esos días en que estamos más estresados vestimos con ropa de colores naturales y suelta, de alguna manera dejamos de encontrarnos tan angustiados.

Esto da pie a muchas preguntas, entonces ¿por qué muchas personas visten igual? ¿Vestir igual significa que pensamos igual? ¿Si pensamos igual somos iguales? Es evidente que todo tiene unos matices. Cuando vamos a comprar no elegimos la ropa por casualidad sino la que más nos atrae, y dentro de los modelos que nos atraen cada uno elige un color u otro. Eso es un reflejo perfecto de lo que sucede con nuestros pensamientos, podemos pensar muy parecido en algunas cosas pero al hablar de ellas cada uno hace hincapié en unos detalles. Es tan común compartir el 100% de un punto de vista como lo es el elegir la misma prenda y color.

Al menos sabemos que podemos recurrir a la ropa cuando nos falle el ánimo. Los días en que no encontremos sin energías son los perfectos para ponerse guap@s, vestirse con esmero y salir a la calle predispuestos a hacerle frente al día. Porque no va a poder con nosotros.

Imágenes extraídas de vestidosparaunafiesta.blogspot.com.es