viernes, 21 de octubre de 2016

Lo imprescindible sobre el ictus

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Desfortunadamente cada día hay más personas afectadas por un ictus, lo que no está tan claro es si sabemos exactamente qué es lo que significa. Infarto cerebral, ictus, embolia, isquemia... son términos que se suelen leer en los informes médicos pero no todos sabemos con certeza qué es lo que le está pasando a nuestro familiar. Y lo más importante ¿es reversible? ¿Se puede curar?

¿Qué es un ictus?
Por ictus se entiende toda detención del riego sanguíneo en el cerebro. Hablar de riego sanguíneo es hablar de arterias y venas; las arterias son las que llevan la sangre con oxígeno y los nutrientes que comemos hasta todas las células de nuestro cuerpo. Mientras que las venas son las responsables de recoger todos los desechos de las células (sangre sin apenas oxígeno y sustancias de desecho). Por decirlo así, cada célula de nuestro cuerpo es como una persona, necesita comer y coger aire (a través de las arterias) y evacuar y soltar el aire (a través de las venas. Cuando se produce un ictus hay una parte del cerebro que no recibe la sangre que necesita y eso es debido a que hay algo en este proceso que está obstaculizado o no está funcionando bien.

¿Causas de un ictus?
Resumiendo podríamos decir que hay dos causas: la isquemia y la hemorragia. 

Si entendemos que las arterias y venas son como un sistemas de tuberías, ¿por qué no me llega agua a casa? Bien porque hay un tapón que obstruye el paso de agua por la tubería, bien porque en alguna parte hay una fuga y eso hace que se pierda agua y no llegue con la suficiente fuerza hasta mi casa. Lo mismo sucede a pequeña escala en nuestro cuerpo. Puede ser que, debido a problemas cardíacos o a la existencia de un coágulo generalmente, haya una parte del cerebro que se quede sin riego. En este caso se diría que es un ictus isquémico, es decir, las arterias están relativamente bien y el problema se debe a un flujo sanguíneo escaso o nulo.  

Si en lugar de esto, resulta que tras una resonancia y/o una ecografía, ven que hay un vaso roto (es decir, una derivación de una arteria) entonces se dice que es un ictus hemorrágico. Y es que la causa de que no llegue suficiente sangre es que hay una fuga por la que está saliendo.

Tratamiento
El tratamiento variará dependiendo de si se trata de un ictus de tipo isquémico o hemorrágico. Si es isquémico (recordamos, por obstrucción o problemas cardíacos) la solución pasaría por intervenir mediante fármacos/quirúrgicamente (dependiendo el tamaño del coágulo) o tratar el corazón (en ocasiones también quirúrgicamente). Con esto se conseguiría deshacer el coágulo/conseguir que el corazón bombee con la suficiente fuerza y se restablecería el riego sanguíneo normal.
Si es hemorrágico, se interviene quirúrgicamente para cerrar/tapar la arteria abierta y que continúe el riego con normalidad.

¿Es reversible? ¿Se puede curar?
Cada ictus es un mundo, los hay más graves y menos graves. El factor determinante es el tiempo que una parte del cerebro ha permanecido sin riego. Las células son como personas, si no pula sangreeden comer mueren. En el caso del cerebro, no hay ninguna parte de la que podamos prescindir para seguir siendo como somos. Por tanto si hay unas neuronas que se han destruido por un ictus, dependiendo de cuantas sean el daño será mayor o menor. Lo habitual es que se pierda la movilidad en la mitad del cuerpo y a partir de ahí en función de la zona afectada se puede perder: el habla, la capacidad de reconocer objetos, la memoria (los recuerdos), la capacidad de reconocer familiares, el saber comportarse con los demás... Tenemos muchas cosas guardadas en el cerebro. Para poder recuperar las funciones perdidas se necesita un equipo de profesionales (neuropsicólogo, logopeda, fisioterapeuta) que, mediante distintas tareas/ejercicios, les ayuden a recuperar lo máximo posible. De ahí la importancia de contar con buenos profesionales. 

* Imagen extraída de rtve.es