lunes, 12 de septiembre de 2016

Mi homenaje a la generación explotada

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Desde la generación del baby boom, en cada década aproximadamente se le ha ido poniendo un apodo a cada generación. El término generación, abarcaba antes más tiempo, entorno a unos 10 años, en la actualidad dado que los cambios en la sociedad son más rápidos, se ha acortado ese período y no suelen extenderse más allá de 3 o 5 años. Los JASP (jóvenes aunque sobradamente preparados) o la más actual generación perdida son un par de muestras. 

Hasta hace no mucho había una gran preocupación, para algunas familias aún la hay aunque los medios ya no hablen de ello, porque los jóvenes mejor preparados de toda nuestra historia se veían obligados a exiliarse a otro país para "poder" trabajar de lo que estaban preparados. Intencionadamente se compara a estos jóvenes con aquellos jóvenes de hace 60 años que por otras circunstancias y en otro panorama se vieron obligados a marchar. Pero bueno esto no va de ellos. Va de la generación explotada, de esa que nadie habla. De esa que los medios de comunicación no se han hecho eco, nadie retuitea ni republica en facebook.

En la actualidad, dadas las exigencias de nuestra sociedad: debo ser buen padre, buen amante, buen profesional, excelente cocinero, asistente del hogar y además mantenerme en forma sin perder el resuello; ha emergido un conjunto de personas pertenecientes a una misma edad (desde los 55 hasta no se sabe bien cuando) que son los verdaderos héroes de nuestros días. 

Son esos que escuchan a sus hijos lamentarse:
Porque su trabajo es injusto,
porque tienen que hacer muchas horas,
porque hace mucha calor,
porque sus hijos son muy revoltosos,
porque no hacen los deberes solos,
porque no comen de todo,
porque no se pueden ir de vacaciones,
porque no tienen tiempo libre...

Por si fuera poco, tambien escuchan lamentarse a sus nietos:
Porque el colegio es injusto,
porque tienen que trabajar muchas horas,
porque hace mucha calor,
porque el tiempo pasa muy lento,
porque hay muchos deberes,
porque esa comida no les gusta,
porque no se pueden ir de vacaciones donde ellos quieren,
porque no tienen tiempo libre...

Y no sólo es que no les sorprenda oírlo, a unos y a otros, aún cuando las condiciones en las que vivimos son infinitamente mejores que en las que ellos fueron padres, sino que además se prestan a echar una mano con los problemas de sus hijos e incluso de sus nietos. Son una generación que, además de haber tenido poca infancia por tener que ayudar con su trabajo (por si a alguien se le escapa, mano de obra infantil) a levantar la familia, ahora se vuelcan con los suyos. Otra vez más. Usados por sus padres y ahora explotados, en muchas ocasiones, por sus hijos.
No quería retomar el año sin rendir mi homenaje a esa generación, porque están por todos los lados (en la playa, en el parque, en el supermercado...). Trabajan hasta en vacaciones. Qué menos que hacerles saber que alguien los ve, que alguien los aprecia. Que alguien les quiere.

Imagen extraída de taringa.net